
In memoriam
Sin avisar te fuiste en la montaña
para tocar el Cielo con las manos.
Llevaba tu mochila
el esplendor discreto de tus actos
y toda tu aventura generosa
juvenil y arriesgada de tus años,
donde la intrepidez y la ternura
te hicieron fuerte, Pablo.
No es sólo tu cabeza,
es también el esfuerzo de tus brazos
esa siembra sin fondo y silenciosa,
ese buscar lo Santo,
ejerciendo el oficio sin premura
sacerdote ya siempre: primavera y ocaso.
Y no puedo olvidarte, gran amigo:
me late el corazón con sobresaltos.
Recuerdo tu palabra, tu sonrisa,
tu mirada en el Cielo del Moncayo.
In pace!
José Ramón de Dolarea y Calvar,
Fui su profesor de Literatura, su preceptor y su amigo,en Tajamar. ¡Dios sabe más!
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